miércoles, 10 de febrero de 2010

La historia del Mosquito

Hoy 11 de febrero, hace una hora que este día empezó y ya no lo soporto, calor y más calor, un mosquito se hace visible entre la pantalla del ordenador y mi cuerpo humedo, la cuchara del té frío rechina en la tasa, se queja con un sutil ruidito a metal. El sudor ya es una parte normal, una costumbre, algo que viene de regalo con el envoltorio y no hay devolución. El mosquito sigue molestando pero mi cerebro ya no reacciona, pienso en las vacaciones, en el mar, en un partido de futbol, todas cosas pendientes debido a la facultad y sus estùpidos exámenes. Pruebo el té y lo noto un poco insulso, amargo y me doy cuenta de que el tarrito del azúcar esta vacío. Ya no hay vuelta atrás, me conformo con sus labios, con su aroma y mi nostalgia por el terrón de azúcar. No me irrito porque no lo creo necesario. Es extraño pero el calor hace que me afeite mas seguido y me retiene dentro de mi casa durante la tarde, estilo secuestro, un poco antisocial, no sé. De pronto sin pensarlo…..Zzaaazzzz, una mano aplasta el cuerpo débil del mosquito, sangre, el cadáver y todo eso que acompaña a la muerte……y me doy cuenta que es la mía…..no hubo intención, solo reacción

2 comentarios:

  1. jeje estabas en otra y cuando quisiste acordar le diste al cabron ese... todo mal con los mosquitos, molestan demasiado. lo mas detestable es cuando te zumban en el oido!

    abrazo

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  2. PAAA es lo peor del verano viejo.....odio eso y es lo primero que asocio cuando me dicen: ¡¡¡llego el verano!!!!

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