sábado, 19 de septiembre de 2009

Ando sin ganas

Ando sin ganas, sin ganas de verdad. No estoy enfermo, no tengo nada pero ando sin ganas. Puede ser eso a lo que le llaman haragán, vago pero no es eso, siento ganas de dormir mucho tiempo, así como un viaje en el que intento robarte una mirada pero nunca me miraste y yo igual me siento feliz porque pude verte, amor de escuela, no sé, no sé ni cómo llamarlo, pero nos gusta a todos. Pero hoy ando sin ganas de nada y sin ganas de todo. Saco una pelotita roja y la hago rebotar en la pared, y a veces puede ser divertido mirar el techo cuando no hay ganas de salir al mundo. Me pasa que cuando deseo algo realmente, para que me motive tiene que costar conseguirlo, pero yo quiero algo más imposible. Quiero un lugar donde nada se contamine, donde el amor sea la palabra clave y donde el egoísmo este escondido en un cajón olvidado por todos, donde todos seamos iguales y pensemos en todos. No es tan complicado pero si complejo, y todavía no puedo entender porque todo funciona mal. Pase noches enteras pensando en eso. Hermano si necesitas yo te doy y si yo necesito te pido, pero así no puede funcionar. El dinero tendría que desaparecer, no lo sé. Pero no es difícil y hay que empezar por cada uno, pensando en nosotros mismos, que hacemos mal. Y es por eso que ando sin ganas, porque me di cuenta de que yo, en mi vida mundana hago poco por eso aunque pienso diferente a mis acciones. Es que el sistema se compro el mundo y no hay lugar para eso, nos entretienen con basura mientras el mundo se cae a pedazos compañero. Como dijo Sócrates, solo sé que no sé nada. Es un “triangulo de las bermudas” en mi cabeza, una laguna mental. Y eso me mantiene la mente ocupada, y tirando la pelotita roja contra el techo y sin ganas de hacer nada.

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