martes, 22 de septiembre de 2009

Educacion y pobreza (es un poco largo pero deja claro las ideas)

Es recién ahora que la pobreza humana es definida por su inhumanidad, por la
Imposibilidad de actuar como un ser humano, como “ausencia de capacidades básicas para funcionar”, como “privación absoluta de capacidad mínima”. Con lo cual quedan
Establecidos los dos términos de una misma escala de “opciones” y “oportunidades”: el
Polo negativo, los pobres humanos que no tienen ninguna capacidad de opción, reducidos a una condición subhumana; el polo positivo, los que han logrado el desarrollo humano, los ricos humanos, que tienen en grado extremo las posibilidades de optar por cualquier cosa. Los pobres en carrera, tratando de ser humanos al modo de los ricos; los ricos procurando infinitamente ampliar su humanidad, es decir, su capacidad de opción; es decir, su riqueza; es decir, su poder. La clave está en que lo humano sólo se da en un único modelo: el neoliberal, coherente con el capitalismo globalizado

“La educación formal constituye el instrumento más eficaz
para superar la pobreza. Así de simple
hay que darle “educación” (formal y básica) al pueblo porque es redituable: “Si no hay una adecuada inversión en educación, la economía se verá frenada”; la educación es “la inversión social con más altas tasas de retorno”; hay “estrecha relación entre la educación y la superación de la pobreza”, porque “a mayor nivel de educación formal es menor la probabilidad de ser o devenir pobre”

. Las escuelas de tiempo completo
¿Cuál es el tipo de escuela que se plantea como alternativa frente a la imposibilidad de las escuelas tal como han sido pensadas para intervenir ante la realidad que plantean estos nuevos contextos? El modelo ideal es el de la Escuelas de Tiempo Completo, es decir, una escuela que intenta desarrollar un conjunto de políticas sociales compensatorias orientadas a desarrollar una acción “reparadora” o “recuperadora” de los sectores “marginales” de la sociedad. Las escuelas se conciben así como instrumentos para “combatir la pobreza”. Ahora bien, la nueva pobreza urbana es definida de otro modo, que como pobreza: “Antes la escuela tenía alumnos pobres hoy empieza a tener grupos marginados (...) Estamos ante fenómenos como grupos (...) muy poco integrados a ciertos valores, difíciles de manejar (...) Nuestro gran esfuerzo está en integrarlos a la sociedad.” En este sentido la educación debe actuar como recuperadora de los niños que provienen de los estratos más bajos y transformarlos en ciudadanos...” Esto significa sacarlos de las calles o de situaciones (...) donde no tienen estímulos culturales” Pero además “la calle” es considerada no sólo como un lugar que ofrece escasos estímulos culturales sino que además es un lugar peligroso. Porque de lo contrario no tendría sentido hablar de que la escuela debe cumplir una función recuperadora, si no existiera el riesgo, el peligro de que estos grupos “poco integrados” y “difíciles de manejar” se deslizaran hacia actividades consideradas delictivas. Los marginales son diferentes de los pobres porque están al margen de la sociedad, y esto también los puede situar al margen de la ley. De ahí que la educación deba recuperarlos de ese lugar, se plantee “integrarlos a la sociedad” y “transformarlos en ciudadanos”.
Las escuelas de tiempo completo se plantean como desafío tratar de abarcar el mayor
tiempo posible de formación de estos grupos sociales. La escuela debe contrarrestar el efecto del “afuera” y disputar por la formación de estos niños. Esta no pretende ahora modificar el entorno sino actuar sobre los niños.
La existencia de “una población escolar de condiciones desfavorables” se constituye en un problema para las autoridades de la enseñanza, ya que de no ser posible rescatar a los niños que se encuentran en esa situación se estará perdiendo una generación en la marginalidad, preludio de la asunción de conductas delictivas por su parte6. Se debe “velar” por estos niños ofreciéndoles un espacio educativo de mayor extensión en cuanto a la jornada escolar, pasándose de las cuatro a las ocho horas diarias. De esta forma, se los protege de los “peligros de la calle”, se contrarresta la influencia negativa de la cultura de sus hogares y comunidades, se los asiste sanitaria y nutricionalmente y se les permite desarrollar aprendizajes.

Se entiende que la escuela debe jugar un rol central en “atender y rescatar” una porción de la población que se encuentra en situación de marginación.
si no se desarrollan políticas educativas se deberán desarrollar “políticas de cárcel”, ya que, a su entender, el no acceder a la educación por parte de los niños de sectores marginales los coloca en posición de integrarse a circuitos de delincuencia. No está de más prestar atención al discurso que se configura a partir de esta vinculación entre cárcel y escuela

Se trata de “romper el círculo de la casa” o el “círculo de la pobreza” a través de la
acción educativa, buscando la “formación educativa” y la socialización de los niños en normas y valores

En síntesis, de trata de brindar a los niños un entorno organizado, con normas explícitas y consensuadas que ofrezcan un encuadre claro, ordenado, previsible, benevolente y continente, que le ofrezca al niño una experiencia de vida diferente que lo marque significativamente tanto a nivel del conocimiento como del desarrollo afectivo y que le ofrezca oportunidades para el desarrollo de la autoestima y la confianza en sí mismo


Esta tan peculiar forma de entender a la institución educativa necesita de un maestro también especial. Se entiende que la formación de grado recibida por los maestros no los ha preparado para el trabajo con “niños de ese tipo de escuelas”, lo cual coloca el imperativo de desarrollar programas de capacitación. Es de destacar que el término capacitación es el que se emplea para hacer referencia a los cursos que se brinda a los maestros luego de haber obtenido su título y encontrarse trabajando en escuelas públicas. El aumento del tiempo que diariamente ciertos sectores sociales deberían asistir a la escuela se fundamenta en dos conjuntos de argumentaciones:

1. la necesidad de una mayor exposición al conocimiento, ya que estos niños “necesitan más tiempo para aprender”;
2. el colocar al niño en un ambiente que lo contenga, le satisfaga necesidades básicas de alimentación y salud y lo tenga a resguardo de los “peligros de la calle” y de hogares en los cuales se encuentra sin referentes adultos Obviamente, esto supone renunciar a entender la diferencia como una amenaza e inaugurar la posibilidad de una lógica de la articulación de diferencias sobre la base de un proyecto de inclusión.

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