martes, 13 de octubre de 2009

Un poco de locura y asco

Cansado de pensar, cansado de reflexionar, cansado de muchas cosas, tratando de sobrevivir al frio inminente de las personas que me rodean y me dan asco, porque después de tanto pensar y por fin caer rendido ante el cansancio, puedo darme cuenta que no entiendo al ser humano. No soy un idiota, pero no percibo las respuestas en el viento y eso me limita. Tiendo a pensar que la mentira es la propia vida que me engaña. Vivir en ella sería mejor pero no me conformo. Subiendo escaleras, quito la mirada de tu cara y no vuelvo la mirada hacia atrás. Sin pensarlo, me arranco el corazón y ahora estoy simplemente al lado de la estufa observando cómo se quema, como se queja y se retuerce y como se destruye parte de mi. Ahora camino sin corazón por las calles rotas, me siento un poco liviano de más y camino sin recelo con un hueco en el pecho tapado de gazas que absorben la infección tratando de cerrar heridas que no se si sanaran. Y siento espuma y un cosquilleo cerca del cuello y algo caliente me recorre el pecho. Y ando buscando algún lugar donde dejar las cenizas, y ando buscando algo para rellenar el hueco y sacarle el pus. El doctor me dijo que lo deje al aire libre pero no me animo porque arde por el sudor que se me escapa en estos días insoportables de calor. Cansado de los antibióticos y las pastillas y del iodo fon en las vendas hoy me animo a cultivar un corazón nuevo así la próxima primavera podre llenar el vacío que hay en mi pecho, pero justo ahora es otoño y me acostumbro a vivir sin sentimientos y a caminar más liviano y a cuidar el hueco del pecho aunque duela un poco si no hay anestesia

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