miércoles, 14 de octubre de 2009

Un poco mas Asiático

Hoy entre a un restaurante chino, a esos que pensé que jamás entraría, mi primo me invito a comer porque hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Al principio no me gusto demasiado la idea pero igualmente le respondí que si porque lo único que importaba era compartir un rato juntos y olvidarnos un poco de las responsabilidades. Cuando iba caminando la lluvia se ocupaba de su trabajo hasta dejarme empapado y yo seguía tosiendo como ya era costumbre en la última semana, era una tos seca y me partía la garganta, estaba un poco enfermo pero ansioso por contarle cosas que me habían pasado últimamente y preguntarle cómo iba su vida. Entramos al lugar, yo no iba muy convencido porque no sabía si me iba a gustar, me había hecho una imagen, un prejuicio como era común en mí. Cuando entramos me llamo la atención la música relajante del lugar, el clima era muy atractivo y me sentí cómodo. La comida estaba en el centro y cada uno se servía, luego la pesaban y la cajera cobraba. El lugar no era muy caro, probé casi todas las cosas y me gustaron pero lo que me llamo más la atención fue ver al dueño del lugar, tomaba té rojo todo el tiempo y hablaba una mescla de los dos idiomas. Yo nunca fui racista pero nunca había tratado con un asiático. El me miro y se dio cuenta de que yo lo observaba, entonces camino hasta donde yo estaba y me pregunto cómo estaba con ese idioma entremezclado mientras me tocaba el hombro, y fue tan amable, y le salió tan de adentro que le devolví el saludo con la misma cordialidad. Cuando salimos yo estaba un poco fascinado, y me fui todo el camino pensando en lo tonto que había sido mi prejuicio y creyendo que en el mundo hay gente buena de verdad

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